En el 2007 tuve la suerte de que llegara a mis manos uno de los mejores regalos que me hayan hecho (tal vez la joya de mi biblioteca). Este regalo se titula “Mar del Sud. Historia y vivencias.” Escrito por Osvaldo J. Aramendi y editado en el 2006 por Editorial Martin, este libro nos cuenta de manera agradable y fácil la historia de Mar del Sur y las vivencias de los primeros turistas que, a pesar de las inclemencias del tiempo y el terreno, se animaron a llevar su sueño a cabo: Tener una casita en Mar del Sur.
A parte de las vivencias de las diferentes familias pioneras del pueblo, el libro también aporta una gran cantidad de datos históricos básicos para cualquier persona que se quiera iniciar en la historia de la Villa Balnearia. En el prólogo la hija del escritor (Mónica Violeta Aramendi) hace una reflexión acerca de la importancia que tiene la historia de Mar del Sur y la necesidad que hay de plasmarla en papel. Hasta la aparición de este libro, la historia básica de Mar del Sur estaba muy fraccionada y en su mayoría era de tipo oral. La edición de este libro podríamos considerarla como el talón de Aquiles para a partir de aquí, poder iniciar cualquier tipo de investigación con el máximo rigor histórico.
Mar del Sur: un bazar de historias
Como habíamos dicho en artículos anteriores la cantidad de historias de Mar del Sur son inversamente proporcionales a la extensión territorial que tiene este. Es decir, en pocas palabras, que por ser tan pequeño fue escenario de muchas historias tanto regionales como nacionales.
El libro de Aramendi comienza hablando de la macro historia de Mar del Sur (fundación, primeros hoteles, fechas y nombres) y concluye contándonos esas pequeñas historias que, como decíamos antes, hablan de familias aventureras que a pesar de las adversidades y carencias de servicios que tenía Mar del Sur lograron tener la visión del pueblo que es hoy. No solamente es un homenaje a la trayectoria del pueblo sino que también premia a aquellos que fueron parte de la misma. Nombres que si el señor Aramendi no hubiera nombrado se hubieran perdido en la memoria de nuestros abuelos.
La humildad del autor
Las páginas de la obra demuestran que su autor ha escrito el libro desde el conocimiento histórico y vivencial. También hay un componente sentimental que hace que el libro no sea meramente histórico y que al mismo tiempo aporte una cierta nostalgia para aquellos que conocemos Mar del Sur casi desde que nacimos.
En septiembre del 2007 tuve la oportunidad de hablar con Osvaldo Aramendi en su casa de Miramar. Mientras hablaba con él me di cuenta que conversábamos de Mar del Sur como si tuviera vida y notábamos que era urgente dejar constancia de esa vida. También, durante nuestra charla, noté que el Sr. Aramendi todavía tenía muchas cosas que contar y decir. Tal vez el texto de la contratapa del libro demuestre con que esencia intento el autor escribió el libro:
“Nací en el año 1921. Mar del Sud es mi “hogar”. Desde que llegué, como niño, sentí que jamás podría dejarlo, hoy, como viejo, tengo la alegría de decir que así fue. Pero lo más importante es que el alma de Mar del Sud jamás me abandonó.
Aquí escribo vivencias, sentires que como chico en aquel 1935, disfrutaba de sus encantos y como un colonizador mientras ayudaba a mis padres, tíos y gringos a levantar la primera casita de un veraneante.”
Esperemos que la historia de Mar del Sur se siga escribiendo año tras años y que poco a poco reconstruyamos entre todos ese rompecabezas tan complicado llamado pasado.
Laureano Clavero
Para saber más:
http://es.wikipedia.org/wiki/Mar_del_Sur_(Buenos_Aires)
http://www.mdsur.com.ar/
http://www.mardelsudnatural.com.ar/page.php?pag_id=6
www.grupopaleo.com.ar/museodemiramar/
http://espigondemiramar.com.ar/numeros_anteriores/032/la_nota.htm
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Hola Laureano:
ResponderEliminarConocí Mar del Sud este verano y me encantó.
Realmente fue una lástima no poder entrar al Hotel Atlantic, ni pasear mucho por sus playas, pero es un proyecto volver y hacer unas lindas caminatas por tan espléndido paisaje.
Qué aventura la tuya, me interesó muchísimo.
Saludos
Mónica