miércoles, 27 de abril de 2011

La memoria histórica y Mar del Sur (Historia)

En Mar del Sur existe una pequeña revista que con mucho esfuerzo edita el Centro de jubilados y pensionados de Mar del Sur. Esta revista contiene notas de diferentes temáticas de las cuales muchas tienen que ver con la historia y los recuerdos de Mar del sur. Este blog se ha propuesto reproducir aquellas que hacen a la historia y memoria oral de nuestro pueblo. En el número 8 del año 2011 aparece una nota que hace a los recuerdos sobre el hotel Boulevard Atlántico y en esta, diferentes vecinos y no residentes, recuerdan anécdotas y detalles de cuando este hotel estaba en pleno funcionamiento. Otra nota muy interesante de este mismo número es la entrevista que realiza Leonardo Blometa a la fallecida señora Juana Amado de Molina, que fue uno de los tantos pobladores de Mar del Sur que guardaban en su memoria anécdotas e historias de la vida social de Mar del sur Al igual que el libro de Osvaldo Aramendi “Mar del Sud historias y vivencias” la revista del Centro de jubilados es una herramienta más que hace al complejo rompecabezas de la historia de Mar del Sur.





Oleada de Recuerdos: Hotel Boulevard Atlántico (Pág. 5 y 6 de la Revista del Centro de jubilados y pensionados de Mar del Sur)

“El hotel ocupaba una gran parte de la manzana contigua a la playa. No solo impresionaba su aspecto imponente desde afuera, su interior era imponente. Una alfombra roja cubría toda la escalera que terminaba en el primer piso y el hall se reflejaba íntegro en un espejo colocado en una esquina. Al costado en una esquina. Al costado el “Príncipe Kalender” y luego otros ejecutantes que pasaron por el hotel.”

Raúl Thambourindeguy
Ex Gerente del Hotel


“¡Era hermoso! Yo tendría 8 ó 9 años cuando lo vi por primera vez; me quedé deslumbrada. Por las tardes soleadas de veía al `Príncipe Kalender` salir a pasear con su familia; él iba delante, detrás la esposa y luego los chicos caminaban hacia Rocas Negras o al Médano Blanco. Otras familias que recuerdo como si fuera ahora: Carlos Busnelli, padre de la actriz, la familia de Antonio Soler ocupó siempre la habitación 77 durante diez temporadas…”

Irma Marmoria

Escribió una vez nuestra querida Tita Perez (hoy fallecida. Vive aquí su hija Lila Perez)

“Primero vino mi marido de avanzada con nuestros hijos (la nena tiene hoy sesenta años); después vine yo y me enamoré tanto del lugar, nos compramos una casa y de aquí no me moví más. Hoy vivo sola, mis hijos en Buenos Aires. Tengo nietos y bisnietos que viven en Europa y Estados Unidos, pero los veraneos los hacen en Mar del Sur…”

Tita Perez

“Con respecto al personal del Hotel, no recuerdo el nombre de todos los mozos, fueron tantos, generaciones enteras. Una vez me encontré con un señor que me dijo “Yo soy Tito Amado” Ah ¿Tu padre trabajó en el hotel? “No” me contesto. “Mi abuelo.”

Eduardo Gamba

“¿Cómo se llegaba al hotel? El camino era de tierra pero los chóferes lo conocían y manejaban muy bien, eran los hermanos Rojas, salían juntos por si había algún peligro, jamás ocurrió nada. El teléfono vino muy tardíamente a mar del Sur, pero había uno en el Hotel, era el número 7.”

Irma Marmoria

“En el año 1947 colocamos en la playa un palo cerca de donde estaban las carpas del hotel, conseguimos en Miramar banderas para informar como estaba el mar, no teníamos ni soga ni aro. Yo era el salvavidas o bañera; había hecho cursos de salvataje en la Cruz Roja. Recuerdo que un día que el mar estaba peligroso me tocó salvar a la Sra. Blumenthal. Tenía un chalet en Mar del Sud y era una buena nadadora, pero ese día, pese a que se lo advertí se metió igual y no podía volver. ¡No me olvidaré jamás del largo y terrible esfuerzo que tuve que hacer para sacarla del agua”

Sarah Durquel

“Recuerdo el cine del Hotel Boulevard Atlántico. Recuerdo a los colectiveros que traían turistas que llegaban al hotel. El año 1950 corría. Los hermanos Rojas y los hermanos Gasco, ingenieros, antiguos propietarios del Boulevard; llegaban a su hotel en avioneta, aterrizaban en la calle principal frente a la casa de la familia Angeli. Entonces el hotel albergaba doscientos ochenta pasajeros. Con cariño recuerdo, pues no olvido que se bailaba en la calle durante la noche, había payadas; que el viejo hotel tenía surtidos propio, sus talleres, su cine y sus luces.”

Ricardo Blanco
“Historias del Sudeste” Pág. 9

Mar del Sud en el tiempo… (Pág. 9 y 10 de la Revista del Centro de pensionados y jubilados de Mar del Sur)

Entrevista a Juana de Molina (Chola) 8/9/2010


Juana: Nací en Mar del Sur. Me crié y empecé a trabajar en el campo: ordeñaba, juntaba maíz, papa, todo lo hacíamos nosotros. Después tuvimos tambo. Nos levantamos a la una de la mañana y sacábamos 500 litros de leche, mis dos chicas y yo, lo repartíamos a todo el pueblo en carrito; también sacábamos arena y mientras mi marido la repartía yo me quedaba en casa con mis chiquitos.

LEO: ¿Cuántos hermanos eran?

Juana: Cinco, uno ya falleció.

LEO: ¿Toda la vida trabajaron en el campo?

Juana: Si. Y allá (en el Remanso) crié a mis hijos. En medio del campo, sola, mientras mi marido trabajaba afuera. Con ellos ordeñábamos las vacas, juntábamos maíz, todo hacíamos.

LEO: ¿Mucha gente había en ese entonces?

Juana: Si. Hasta Rocas negras sabíamos ir. Antes eran tarros de 40 o 50 litros. La gente nos dejaba la ollita, metía la plata debajo. Valía 50 centavos el litro. Y ahí no nos faltaba plata, ni robaban los jarros, ahora no se puede dejar nada.

Leo: ¿Eran todos conocidos?
Juana: Si, en la hostería dejábamos treinta litros de leche.

LEO: ¿Durante el verano o todo el año?

Juana: En el verano, después en el invierno vendíamos 50 litros por día. Con gente de acá. Después empezó a venir gente de afuera.

LEO: ¿Había reuniones en ese entonces?

Juana: Siiiii, los sábados baile casa por casa. Jugábamos a la lotería, uno llevaba una cosa, el otro llevaba otra y nos juntábamos. Ve esa casa grande que está ahí? De Breccia. Había un casero, un matrimonio con una nena, para navidad hacia una fiesta del 24 a la noche hasta el 25, todos ahí, uno llevaba un pan dulce, todos un poquito y bailábamos hasta el otro día.

LEO: ¿Cuántas familias había?

Juana: Y como unas 20 familias.

LEO: ¿Había algún club o sociedad de fomento?

Juana: No, nos juntábamos en las casas, un sábado uno hacía una fiesta, al otro sábado otro y todos bailábamos cuando éramos jóvenes. Después todo cambió.

LEO: ¿Cuándo comenzó a cambiar?

Juana: Cuando de hizo el camino de asfalto.

LEO: Y el hotel ¿funcionaba cuando eran jóvenes?

Juana: Siiiii, en el hotel habría unas 200 personas, era muy lindo, tenía una rambla de madera, allí hay palos todavía quedaron como recuerdo, la gente del hotel se bañaba ahí y se cambiaban para ir a comer, mi hermano trabajó de mozo.

LEO: ¿Había casas alrededor del hotel?

Juana: Una sola casa, de barro. Después vino una compañía de yugoslavo. Hizo la villa de los Schweitzer; y ahí se empezó a agrandar Mar del Sur; donde está ahora la comisaría antes había sembrados de maíz y papa, después se hizo Villa Alta.

LEO: ¿Dónde es ahora un barrio?

Juana: Si, al principio era todo campo, después empezó a lotearse y empezaron a edificar una casa, luego otra y así creció Mar del Sur.

LEO: ¿Es cierto que hubo población indígena?

Juana: Si, encontramos a veces piedritas redonditas y dicen que eran boleadoras de los indios.

LEO: ¿En que parte?

Juana: En la costa, en todos lados.

LEO: Y en el campo había más trabajadores que ahora?

Juana: Siiii, muchas familias trabajaban en el campo; ahora no.

LEO: ¿Trabajaban en estancias o por su cuenta?

Juana: En las estancias, de puesteros.

LEO: ¿Cómo era el trabajo de puestero?

Juana: Cuida, le dan una casa, un puesto y el hombre va a cuidar a los animales, nada mas. Muchos chacareros había, todos tenían sus dos hectáreas, tres, cuatro, con máquinas y todo. Los chiquitos tuvieron que vender.

LEO: ¿Había colonias?

Juana: Siiii yo tenía como 18 o 20 años, ahora tengo 80 años, había mucho trabajo, todo en familia.

LEO: ¿Siempre se dedicó al campo?

Juana: Si, me gusta eso, viví cuarenta años en el Remanso; crié a mis chicos ahí, teníamos 500 gallinas, 200 pavos, todos sueltos; no había luz eléctrica, el baño estaba afuera: todos me iban a visitar, con mi marido teníamos una arenera grande…. y había unos temporales, y yo solita en el medio del campo. Un día se me enfermaron los chicos, eran chiquitos y a uno le dolía el oído, al otro un caballo le piso una pierna. No se podía salir del temporal que había, mucha lluvia ¿Qué hago yo acá sola? Como a la una o dos de la mañana se me ocurrió, fui al gallinero y me traje una docena de huevos, los batí bien, rompí una sábana y empecé a untarlo de huevo amarillo y luego le envolví la pierna, el huevo con la venda se hizo como yeso, y para el otro hijo que le dolía el oído… herví tres bichitos cascaduritos en aceite en una cuchara, mi abuela me lo enseño, que se cocinen bien, después hay que romperlos bien, y largan ácido y eso se pone en el oído, es santo remedio.

LEO: ¿Pero que bichitos son?

Juana: Abajo en las chapas se encuentran, donde hay humedad.

LEO: ¿Esos que se hacen bolita?

Juana: Siiiii esos.

LEO: ¿La Eufemia era escuela entonces?

Juana: No, ahora es escuela.

LEO: ¿Cuándo se fue del Remanso?

Juana: hará como 35 años, yo no me quería venir para acá, no quería dejar mi ranchito. Todos los años lo pintaba. Era más tranquilo pero aquí tengo vecinos, ya no puedo criar animales, pero todo cambia vio…?


Chola Molina


Entrevista realizada por Leonardo Blometa

Un mes después de esta entrevista, Chola murió. Estas palabras son el mejor homenaje que podemos hacerle.

Este blog agradece a Nelly Ravagnan por permitir la publicación de estos artículos.

Para saber más:

Centro de jubilados y pensionados de Mar del Sur centrojubiladosmardelsud@yahoo.com.ar

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