jueves, 29 de marzo de 2012

Esculpiendo Mar del Sud

Nos detenemos en un paisaje, sacamos nuestra cámara, plantamos un trípode (o no), hacemos los arreglos correspondientes de luz, esperamos la sombra ideal y hacemos ¡clic! Esto es lo que hacemos muchos de nosotros al perseguir un paisaje de Mar del Sud e inmortalizarlo en el tiempo. Fotografiar Mar del Sud no es una tarea fácil y rescatar su esencia a través de una imagen menos aún. Esto requiere de una sensibilidad y percepción que va más allá de la vista como instrumento de visualización. Esta entrada está dedicada al fotógrafo Sebastian Mandrafina (hijo del gran dibujante Cacho Mandrafina). La sensibilidad y percepción de la que hablábamos se ve reflejada en sus excelentes fotografías de nuestro Mar del Sud. No sobra un ápice de luz y todo está en su lugar. Mandrafina nos enseña un Mar del Sud mirado desde otro punto vista, tal vez aquel punto único e irrepetible que todos llevamos dentro cuando hacemos una foto de la villa balnearia.
Mandrafina decidió contarnos su historia como fotógrafo y artista. Desde este blog se eligió el título “Esculpiendo Mar del Sud” en relación a la teoría sobre cine del gran director ruso Andrei Tarkovsky que se llamó “Esculpiendo el tiempo”.


Mi primer contacto práctico con la fotografía fue a principios de los ochenta, tenía diez u once años y mi viejo volvió de un viaje con una cámara réflex. Así que me regaló la “telemétrica” (de esas con visor al costado). Todavía conservo los negativos en blanco y negro del primer rollo que saqué.

El primer contacto real con la fotografía debe haber sido antes, cuando me quedaba horas mirando los libros de fotos (mayormente de Nueva York de los años 20 a los 40) que usaba mi viejo como documentación para dibujar Savarese. Y también debe estar ligado a esos mismos cuadritos en blanco y negro que todavía sigue dibujando.

Esa primera cámara, de la que ya no recuerdo la marca, se perdió y más adelante con  las idas y vueltas fui alternando blanco y negro y color con la nueva cámara. A principios de los noventa, todos los veranos, llevaba prestada la réflex a Mar del Sud. Tengo muchos rollos sacados, casi siempre en blanco y negro, de este fantástico lugar al que le debo también gran parte de mi entusiasmo por este arte. Era mi obsesión captar en una imagen la misma sensación que experimentaba yo al contemplar los paisajes de este pueblo casi surrealista.

Siempre leyendo, probando y mirando, fui aprendiendo por mi cuenta los conceptos teóricos y prácticos de este arte.

Mientras tanto, la vida y mis otras inquietudes artísticas me llevaron a estudiar formalmente la carrera de Músico Intérprete en la escuela del sindicato de músicos y  Composición en el Conservatorio Manuel de Falla, dedicándome hasta hoy a   la enseñanza como profesor de guitarra.

Así como nunca dejé de volver a Mar del Sud, nunca dejé de sacar fotos y en los últimos años decidí darle un espacio mayor a la fotografía, en lo expresivo y en lo profesional. Y aunque ahora saco mayormente en formato digital, todavía llevo la Pentax K1000 con un rollo cargado.


Sebastian Mandrafina

Que las fotos hablen por si solas:






Pochoclero. Carnaval 2012. Mar del Sud. 





Playa de Mar del Sud. 2011




Bosque de Mar del Sud. 2012.





Bicicletero. mar del Sud 2012.





Campo. Mar del Sud 2012.





Playa Mar del Sud 2012.





Riego en los campos de Mar del Sud. 2012.





Hotel Boulevard Atlántico. Mar del Sud 2012.





Mar del Sud. 2012.




Rocas negras. mar del Sud. 2012.

Texto: Laureano Clavero
Fotografías e historia: Sebastian Mandrafina 

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